¿Cuántas veces hemos muerto?,
Matando las esperanzas,
Acuchillándote las entrañas
pretendiendo que no nos duele,
deseando a la misma muerte.
desprendiéndose el alma resignada;
que este cuerpo ya no es suyo,
que es hora de ascender o descender según lo que diga tu juicio.
¿Cuantas veces no hemos muerto?
Jugueteando, mirando a otros ojos para convencer a la soledad.
Llorando por los rincones, hablándole a los retratos.
Susurrando gemidos de lamento.
Tu sombra es de agua,
Y la lástima alzando la mano en el borde de tu cabeza,
delgadez que romperían como las burbujas que hacías cuando bebé y todos se reían.
Y a mí me da lástima,
me da una lástima verme así,
pero más lastima me da verme solo,
y que después de decirte esto tomarás tus pertenencias, te darás la vuelta, blasfemarás camino a la puerta, y te iras.
Mañana lo gritaras en la plaza,
lo susurras en las orejas siguientes que un hombre esta deprimido,
que un hombre exagerado dice; le duele el alma,
que un hombre dramático ha terminado la puesta en escena y está bajando el telón.
Pasado mañana me dará lástima haberme visto morir solo,
y verte hundido en la vergüenza,
deseando tu ahora la muerte
por no haber querido ayudar a este hombre que ha muerto más de cien veces,
por el miedo,
por lo cobarde que eres,
porque tú has muerto más de mil.