Emociones opacas se apoderan de mi.
La sensación de ahogarme frente al espejo,
conflictos del atardecer y a tus pies.
Me tomas frágil, me tocas sutil.
Me hablas de tu futuro y me ves ahí...
y crees tenerme,
y creer que a tu merced está mi ser.
Pero no soporto tu mirada
cuando me hablas de mañana, o de al rato.
No soporto tu cuerpo
que me da confianza, y que me raspa.
No soporto mis sueños a tus espaldas,
ni mis lágrimas en tu cara.
No soporto la brisa ni la tormenta
a través de tu ventana.
No quiero la noche,
porque es síntoma de mañana.