lunes, 20 de mayo de 2013

¿Quién apagó la luz?


Son un par de ojos en un limbo, acompañados por un par de ojos que comienzan a mirar encantados la vida, y ella no puede con eso.. 
La comunicación es difícil; el niño está en la etapa preguntona, a cada rato le anda cuestionando a su madre de que color es cada objeto. Lo que la mujer no sabía era que como ella, su hijo quedaría ciego muy pronto.
Todos lamentan lo sucedido, dicen que están condenados al sufrimiento, otros dicen que lo suyo ha de ser contagioso, que por eso le dio al niño. Yo creo que ha sucedido un milagro, una bendición... ¡y nadie puede notarlo! A esa mujer le ha sonreído la vida después de su mayor tragedia: la imposibilidad de comprender el mundo colorido al que su hijo de dos años comenzaba a adentrarse, después de muchos años ella no sabía como era el azul, el morado, mucho menos los fluorescentes. No podía explicarle la vida, no podía contarle los cuentos. Si él preguntaba como era el mar no podía describirlo, no lo conocía ni en foto. No podía evitar que su hijo cayera de vez en cuando por concentrarse más en que no fuese a caer ella misma. Incluso no pudo evitar la manera en que su hijo comprendió que lo caliente quema; tiró agua hirviendo sobre su pecho y ella estaba frente suyo.
Ahora juntos compartirían el mismo mundo ausente de visuales, un mundo de sonidos y de texturas, de cálculos, cuentas y muy buena memoria. Ahora podía decirle que el mar suena a la concha y que es tierra que cae lenta desde el cielo a un hoyo enorme lleno de agua, y la imaginación de ambos crecerá, y sus mentes volarán al mismo ritmo en el mismo limbo ausente de color, moteado de ahora los nuevos colores que ellos crearán para burlarse un poco a veces de nosotros que limitados estamos de los ojos. 
Un día el niño le preguntó; -¿Quién apagó la luz, mamá?- 
-Nadie apagó la luz... lo que pasa es que a veces algunas nubes tapan el sol y pareciera que se oscurece... 
-Entonces las nubes apagaron la luz para que yo vea como tu me ves, ¿verdad?