sábado, 30 de marzo de 2013

Árboles secos,
ramas caídas, 
tristes.

Piso la tierra, 
dejo mis huellas
desnudas.

Yace sola 
bajo las sombras delgadas
una hoja.

Ultima sobreviviente
a la gran sacudida 
de estaciones. 

La tomo, y jugueteamos,
nos miramos fijamente
coqueteando.

Hálito del viento
y en un instante
sopla fuerte.

Se va de mis manos para siempre.







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